Marzo 2010 - Desdichado en el FITAZ (La Paz - Bolivia)

Fecha de presentación: 22 de Marzo
Si querés ver la grilla del festival entrá a http://www.fitaz.org/programacion-fitaz-2010




de Roberto Perinelli - dirección Corina Fiorillo

5 NOMINACIONES PREMIOS ACE 2008
(mejor obra argentina (Roberto Perinelli), mejor espectaculo alternativo , mejor actor (Nacho Vavassori y Nelson Rueda), mejor direccion (Corina Fiorillo)

Premios Teatro del Mundo
Nom
inada por mejor actuación (Nacho Vavassori)


Desdichado en gira - click en la imágen

LA NACION - 09-10-2008

El teatro explora la mística deportiva
Los escenarios se visten de gimnasios, rings y canchas de juego y toman historias que provienen del ámbito del deporte.

La representación teatral y el juego deportivo tienen mucho en común: protagonistas dueños de una gran destreza, comandados por un director, desempeñan un rol activo frente a los espectadores, quienes siguen de cerca el desarrollo del espectáculo a la espera de su desenlace. Los dramaturgos eligen contar historias ubicadas en canchas, en cuadriláteros y gimnasios por varios motivos.

Alfredo Megna está entusiasmado con el reestreno de Orestes, el súper , su pieza sobre el mundo del catch, que en 1988 se presentó en el San Martín. "La metáfora del deporte es útil para mí porque la misma acción que lo define genera una tensión dramática enlazada a cuestiones más profundas." Dirigida por Miguel Avila y protagonizada por Emilio Bardi, saldrá de gira en el verano y recalará en Buenos Aires en marzo. Megna también escribió Bengala , la historia de un veterano boxeador frente a su última pelea, interpretada por Néstor Navarría y dirigida por Armando Saire y Leonardo Odierna. El actor se somete a un arduo entrenamiento para crear su personaje y con los guantes puestos dice que aquella criatura "sube al ring con mil conflictos en su cabeza, entonces la pelea se hace más difícil".

El boxeo es quizás el deporte más mimado en el teatro. Alberto Ajaka realizó Otelo, campeón mundial de la derrota , una versión de cámara del clásico de Shakespeare. En un vestuario, un pugilista que emula a Elvis Presley intenta sortear los jabs de Yago, su entrenador, y los cross de Casio, su manager. Ajaka, también protagonista de la pieza, dice que Carlos Monzón inspiró la composición de este personaje por su "pasado marginal, su presente brillante y su final trágico".

Por su parte, Eduardo Pérez Winter habla con admiración de Tony Souza, en la piel de Antonio Ruiz, el campeón de 42 cm : "Actúa de mejor fe que los demás; es una síntesis de lo bestial con lo infantil". El texto es el producto de un proceso de creación colectiva del grupo Silencio de Negras, quienes sostienen "es inútil argüir que la ficción marca una distancia infranqueable entre el deporte y el teatro: nos veríamos forzados a omitir las fintas de Loche, el origen circense de Accavallo o el reposo premeditado y exasperante de Alí ante los directos de Foreman".

Entretanto, la nostalgia en Segundo set , de Ezequiel Tronconi, está puesta en otro lugar y con otro tono ("es el antideporte", define). En esta pieza habitan en un gimnasio miembros de una generación que bailó en los años 90 al ritmo de Guns n Roses, cuando el paddle era un deporte popular. Un entrenador que fuma, una mujer que cuenta calorías y un boxeador retirado le dan vida a este delirio.

Eduardo Pavlovsky también buceó en el mundo del box en Cámara lenta (Historia de una cara) en los años 70, con Betiana Blum, Carlos Carella y el mismo Pavlovsky, dirigidos por Laura Yusem. Osvaldo Dragún también exploró este deporte con Al perdedor ; así como lo hizo más recientemente Diego Starosta, con La boxe . Entretanto, Mauricio Kartun se metió en el mundo del catch en Desde la lona , con Ulises Dumont y Gastón Pauls.

Disciplinas terapéuticas

En la actualidad, Ricardo Bartís dirige su obra La Pesca , sobre tres amigos en el subsuelo de una vieja fábrica, por la que corre el arroyo Maldonado, reunidos para llevar a cabo esta práctica. "El tema es una excusa para desarrollar lo estrictamente teatral", opina este conocedor de las tablas y del fútbol, simpatizante de River. "El teatro separado del juego no tiene sentido: hay unas personas parecidas a nosotros que están cerca nuestro inmersas en un relato", agrega.

La pieza es la primera de una trilogía del realizador vinculada al mundo del deporte. El box es la segunda de ellas, cuyo peso dramático estará ubicado sobre los personajes femeninos, y tendrá a Mirta Bogdasarian como protagonista. A su vez, adelantó que la tercera de ellas girará en torno al fútbol.

Pero el fervor por el boxeo en la Argentina es superado por el fanatismo que despierta el fútbol. En la comedia de Roberto Perinelli, dirigida por Corina Fiorillo, Desdichado deleite del destino , Nacho Vavassori es un déspota director técnico de barrio que lleva aquellas tácticas al ámbito doméstico.

El caso de Rodrigo Cárdenas es único en su especie. El fútbol signó su carrera como dramaturgo. Hijos nuestros , con Gabriel Goity (sobre el accidente del 3 de agosto de 1983 en el que una bengala mató a un hincha en un partido de Boca frente a Racing), Monogoleando , Futbolitis y Chelincha siguieron la travesía hasta el unipersonal El caso RC (un juego entre sus iniciales y Racing Club), que ya cumplió una década. A este último, hoy fuera de cartel, lo convocan hinchas de la Academia para fiestas y eventos, mientras Cárdenas escribe la segunda parte de este texto, que promete tener mucho más humor aún.

Por su parte, Daniel Valenzuela escribió, dirige y actúa en Menos diez : "una comedia negra sobre un jugador en decadencia, Mingo Salvatore, y su manager, Tony Mussante; ellos sólo se tienen a sí mismos y la obra habla de lo que significa ser argentinos: exitistas y con poca memoria". La pieza, donde comparte el escenario con Andrés Zurita, se presentará en el Festival de Teatro de Mar del Plata y luego podrá verse en la temporada estival porteña.

Se suele definir como juego al teatro y al deporte. Pero en el primero, el azar está ausente y el resultado no se puede contabilizar, como los goles o los rounds, aunque los actores esperen la gloria del aplauso final.

Por Laura Ventura
Para LA NACION