Marzo 2010 - Desdichado en el FITAZ (La Paz - Bolivia)

Fecha de presentación: 22 de Marzo
Si querés ver la grilla del festival entrá a http://www.fitaz.org/programacion-fitaz-2010




de Roberto Perinelli - dirección Corina Fiorillo

5 NOMINACIONES PREMIOS ACE 2008
(mejor obra argentina (Roberto Perinelli), mejor espectaculo alternativo , mejor actor (Nacho Vavassori y Nelson Rueda), mejor direccion (Corina Fiorillo)

Premios Teatro del Mundo
Nom
inada por mejor actuación (Nacho Vavassori)


Desdichado en gira - click en la imágen

“Un costumbrismo que supera las expectativas”- Por Silvia Sànchez Urite

Un patio, un hombre en piyama y pantuflas, se queja, no sabemos de qué, es un personaje desagradable desde el principio. Su hija, aparentemente sumisa, le ceba mate, mientras lustra los vidrios con devota precisión. La razón del enojo del patriarca es la muerte de sus rosales.
Esta obra se ubica en algún lugar del gran Buenos Aires; el padre es un dictatorial entrenador de fútbol, la chica solo obedece y trabaja. “Pancho”, este ser pedante, despreciable “sabe mucho” y descalifica todo lo que los demás hacen. Se altera con la música de ópera que proviene de la habitación de su mujer-ausente todo el tiempo- a la que quiere “asesinar”.
Al principio, vemos el ambiente de clase media baja de esta familia, solo hay dos sillas de lata, una mesa y encima, un mate y el termo correspondiente. La obra se agiliza cuando un tercer personaje rompe el soliloquio acompañado del padre y su hija. Es un vendedor de compacts truchos, muy simpático, que hace de todo para vender su mercadería. Cuando este actor, Nelson Rueda, aparece realmente entramos en el clima de tragicomedia que propone el texto.
Lo interesante de la pieza es que se corre, con un final inesperado, del lugar del simple costumbrismo local. La obra se anima al mecanismo de la “justicia poética” y no defrauda. Nacho Vavassori como el insufrible padre se mueve como pez en el agua en el mismo registro de la otra obra que interpreta y está en cartel, Guardavidas. Belén Brito es realmente una revelación como una hija obsesivo compulsiva, obediente y encantadora.
Hay también un epílogo, tal vez innecesario porque el aplauso se hizo sentir desde el apagón final. La obra tiene frescura en el personaje de la hija: “la princesa”, y provoca carcajadas en el caso del vendedor. El personaje de Vavassori a veces se excede en su petulancia, pero es un elemento recobrado en el desenlace. Es una obra sin pretensiones pero agradable, y al mismo tiempo, profunda.